¿Cuando una terapia holística no funciona?

En mi experiencia como terapeuta holística, no he visto una terapia que no le funcione a una persona.

La terapia es un proceso que requiere tiempo, integración en tu diario vivir y paciencia, no es lineal, por lo que también, vas a experimentar altibajos, los cuales te permiten crecer, entender y gestionar tus emociones.

Debes tener en cuenta que el éxito de la sesión, no recae únicamente en el terapeuta, ya que este, es un canal. El terapeuta está ahí para acompañarte, guiarte y apoyarte en tu proceso de transformación, pero eres tú quien debes comprometerte para llevar a cabo esos cambios y aplicarlos en la vida diaria.

No es realista creer que sólo por acudir a terapia hará que se solucionen todos tus problemas. Debes tener expectativas realistas sobre lo que la terapia puede hacer por ti y también implicarte en el proceso, mediante la toma de decisiones, cambios tanto a nivel físico, emocional, espiritual y energético.


Por otro lado, la relación con la/el terapeuta ha demostrado ser un factor crucial para el éxito de la terapia. Procura que cuando asistas a una sesión, te sientas segura (o) y en confianza para poder expresarse y hablar de las cosas más íntimas que te suceden. En estos casos, es importante dar con una terapeuta con la que te sientas cómodo y con quién la relación y la comunicación sean fluidas.

Asimismo, recuerda que, el cambio puede resultar difícil en muchas ocasiones, incluso aunque ese cambio sea para mejor, por lo que debes tenerle mucho amor incondicional y autocompasión en el proceso.

A menudo, la resistencia al cambio se puede deber al miedo a lo desconocido o a la falta de confianza en tu capacidad para afrontar nuevos desafíos. La terapia puede implicar modificar lo que piensas sobre algo, tu forma de actuar o incluso de sentir. A veces, esto supone que aborden ciertos pensamientos o comportamientos que te han acompañado durante mucho tiempo, y esto puede resultar difícil.

Esto es usual y no debes verlo como una debilidad, sino que es el resultado de tus experiencias y es perfecto.

En muchos casos, la resistencia al cambio se puede superar en la terapia, pero será esencial que tengas una buena comunicación con la terapeuta para que ésta te pueda proporcionar un ambiente seguro para explorar nuestros miedos y trabajar en superarlos.

A veces, los problemas externos que tienes pueden interferir en el éxito de la terapia. Por ejemplo, los desbalances económicos, la falta de tiempo o los conflictos familiares, pueden ser factores que te afecten en el progreso de tu terapia.

Si estás viviendo una relación tóxica o en tu entorno el ambiente es desfavorable, es posible que tengas un alto nivel de estrés que haga que tengas dificultades para concentrarte en la terapia y trabajar en tus asuntos personales.

Dentro de una relación tóxica, puede ser difícil que hagas cambios positivos porque te puede hacer sentir atrapado, impotente y aislada (o), más sin embargo, en las terapias holísticas trabajamos con energías y debes saber que todo va a empezar a moverse para tu mayor bien y las personas en tu entorno, todo lo transcurra sin expectativas y con la apertura de recibir del mundo espiritual.

En el caso de tener problemas que sientas que están afectando tu proceso, lo primero que debes hacer es, comunicárselo a tu terapeuta, para encontrar conjuntamente una solución que permita continuar con tu evolución.

Aunque la terapia es beneficiosa, no es necesario que te sobrecargues con demasiadas terapias o técnicas a la vez. Concéntrate en la terapia o técnica que estés realizando en el momento y permite que se desarrolle completamente antes de valorar el hacer otra.

Es importante tomar en cuenta que, estas terapias no reemplazan a la medicina convencional y tampoco son una solución mágica para todos tus problemas.

Existen prácticas terapéuticas complementarias reconocidas por la Organización Mundial de la Salud (OMS) desde 1995, como el Reiki, enfatizando que son un complemento para minimizar los efectos secundarios que puedan presentarse en un paciente, así como las situaciones emocionales, mentales y espirituales provocadas por la misma enfermedad o  su diagnóstico.

Cuando se aplica la terapia holística adecuada para cada patología o afección, se estimula la energía vital y curativa del organismo, recuperando así el equilibrio para librarse de los síntomas que limitan su correcto y normal funcionamiento.

La terapia es un proceso continuo, y es importante estar comprometidos y poner en práctica lo que se aprende y sale a la luz en cada sesión.

De igual forma, a veces te puedes sentir incapaz de responder a los desafíos que te plantea la vida a pesar de estar en terapia y está bien, puede ser que te estés aferrando con excesiva fuerza a la imagen de cómo deberían ser las cosas.

Si estás listo o lista para invitar a tu antiguo y bien conocido yo, a que salga de su zona de confort, contáctame y juntos nos adentraremos en un territorio nuevo, rumbo al equilibrio y bienestar, entre tu cuerpo, mente y espíritu.

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